viernes, 29 de junio de 2007

La razón de Amado

Mientras me alejaba de la realidad, la fría noche se apoderaba de la vida y todo lo que me rodeaba se torno en oscuridad.

Mi mente vuelo sin premuras, obligando a todo lo demás a volverse una maraña de cosas sin real sentido. Las imagenes, casi reales, se volvieron hacia mi sin ninguna revelación prematura; llenaron toda mi capacidad de atención para mostrarme lo que ya paso y solo he querido olvidar desde aquel día. Juro por Dios que no vuelvo a matar. O al menos no sin querer.

Amado, mi mejor amigo, siempre me dijo: "Pero hombre, si la primera vez es el problema para todo. Solo hay que agarrar costumbre y se volverá nada, así como cuando comes pues; además una no es ninguna, dos son más que una, tres hacen una pero como una no es ninguna, volvemos a empezar" y luego se reía estrepitosamente.

Hoy que estoy al lado de mi muy amada, me tiemblan las manos y lo único que pienso es como hacer para que sufra menos. Luego recuerdo las imagenes de ella con aquel que ya no existe, el primero, el que no me deja dormir, y pienso: "creo que tú seras la solución para volver a la cotidianidad" y veo a mi amigo Amado riendo a carcajadas.

Es de noche, ella duerme y yo sigo pensando. Luego, como en un acto reflejo tomo la almohada y la sujeto con vigor, la veo y vuelven las imagenes de aquel, tocándola, y el dolor se hace intenso. Trata de detenerme, pienso que debo dejarla respirar, pero el sufrimiento de ella mitiga mi dolor. El sufrimiento se desvanece a medida que ella pierde sus fuerzas, al final deja de moverse, la veo tendida sin un solo movimiento corporal y yo me vuelvo más liviano, casi como si nada hubiera sucedido nunca.

Me acuesto a su lado, y me doy cuenta de que Amado tenia toda la razón. Al fin podre dormir de nuevo....

1 comentario:

gatos dijo...

Hey, que bien este cuento breve.