Desde hace un centenar de días que mi trabajo cambio la jerarquía superior (he, biem).
Qué difícil es ver la futilidad de los esfuerzos humanos ante la opresión imperialista disfrazada de comunista.
El candidato ofreció un cambio, una meritocracia, una revolución desde adentro. La pregunta es: ¿podrá controlar todas y cada una de las dependencias bajo su mando?, ó ¿sabrá que en su gabinete hay derechistas disfrazados de izquierdistas?.
En mi trabajo se ha implantado un régimen neo capitalista y han asumido que hasta los técnicos, la clase proletaria de las oficinas (o mejor conocidos como: los gatos) somos una amenaza, sin pensar que nosotros (la gran mayoría) instigamos al cambio, fuimos a las urnas y apoyamos el color que ahora se alza en el poder; lo que nunca nos imaginamos fue que ese cambio podría ser la perdida del sustento de nuestras familias, para que: los amigos de los amigos de los amigos de los amigos del candidato puedan poner a su gente en nuestros puestos, gente que hasta el momento no demuestran una capacidad técnica que respalde sus nuevos puestos. Es indignante ver como tus compañeros más duros, en cuanto a pensamiento ideológico se refiere, junto a uno seamos tratados de SUBVERSIVOS y que nadie haga nada al respecto. Sí, SUBVERSIVOS por hacer una carta y firmarla en colectivo, en muestra del apoyo a la iniciativa de pedir audiencia con la jerarquía superior de la dependencia en que laboramos para que nos informe lineamientos, ya que ni siquiera se presento ante toda la institución para dar a conocer el camino a seguir a partir del cambio.
Me siento indignado, engañado e insultado por un gobierno, que al parecer sera más derechista que el anterior en cuanto a los derechos laborales del proletariado que lucho por la posibilidad de la libre asociación para defenderse a sí mismos de los patronos opresores y de las injusticias.
Será que no se dan cuenta, o simplemente no quieren ver.